Complicaciones Potenciales de la Cirugía del Neuroblastoma
La cirugía es una piedra angular del tratamiento del neuroblastoma, un cáncer que afecta con mayor frecuencia a niños pequeños. El objetivo principal de una operación es eliminar físicamente el tumor. Sin embargo, esta es una tarea compleja, y la decisión de operar se toma cuidadosamente por un equipo multidisciplinario de expertos, incluidos cirujanos, oncólogos y radiólogos.
Utilizando imágenes avanzadas como tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, el equipo mapea la ubicación exacta del tumor y su relación con las estructuras vitales. Para tumores grandes o desafiantes, se puede administrar quimioterapia antes de la cirugía (terapia neoadyuvante) para reducir el tamaño del tumor, haciéndolo más seguro de extirpar. A pesar de esta cuidadosa planificación, toda cirugía conlleva riesgos, y las familias deben estar al tanto de las complicaciones potenciales asociadas con la resección del neuroblastoma.
Complicaciones Intraoperatorias: Riesgos Durante la Cirugía
Los riesgos más inmediatos son aquellos que ocurren en la sala de operaciones mientras el cirujano trabaja para extirpar el tumor. La naturaleza del neuroblastoma, particularmente su tendencia a crecer alrededor de partes críticas del cuerpo, crea desafíos significativos.
Sangrado Mayor (Hemorragia)
Los tumores de neuroblastoma frecuentemente se desarrollan cerca de los vasos sanguíneos más grandes del cuerpo, como la aorta y la vena cava. Estos tumores pueden envolver o encerrar estos vasos, dificultando enormemente su separación. Cualquier intento de disecar el tumor alejado de una arteria o vena importante conlleva el riesgo de causar un desgarro, lo que puede provocar hemorragias potencialmente mortales. Los equipos quirúrgicos siempre están preparados para esta posibilidad, pero prevenirla es una prioridad principal.
Daño a Órganos Adyacentes
Un neuroblastoma no siempre es una masa autocontenida; puede ser invasivo, creciendo en o adheriéndose firmemente a órganos cercanos. Por ejemplo, un tumor que se origina en la glándula suprarrenal puede adherirse a la parte superior del riñón o al bazo. En estas situaciones, separar el tumor sin causar daño puede ser imposible. Los cirujanos deben sopesar el beneficio de extirpar todo el cáncer contra el riesgo de dañar un órgano, lo que podría llevar a problemas a largo plazo como una función renal reducida.
Resección Tumoral Incompleta
El objetivo de la cirugía es eliminar el 100% del tumor visible. Sin embargo, lograr esto no siempre es posible o seguro. Si un tumor está envuelto alrededor de nervios o vasos sanguíneos esenciales, eliminar agresivamente cada última pieza podría causar parálisis permanente o hemorragias catastróficas. En estos casos, el cirujano puede tomar la difícil pero necesaria decisión de dejar una pequeña cantidad de tumor residual. Esto se hace para proteger al niño de un daño severo y que cambia la vida, con el entendimiento de que las células cancerosas restantes serán tratadas con otros tratamientos como quimioterapia o radiación.
Complicaciones Neurológicas Postoperatorias
Dado que los neuroblastomas a menudo surgen del tejido nervioso y crecen cerca de la médula espinal y otros nervios importantes, las complicaciones neurológicas son una preocupación significativa. Estos problemas pueden surgir de la propia cirugía y pueden hacerse evidentes en los días y semanas posteriores al procedimiento.
Lesión Nerviosa Directa
Durante la operación, los cirujanos deben trabajar meticulosamente para despegar el tumor de nervios delicados. Los nervios que controlan el movimiento del brazo y la mano (plexo braquial), la función del diafragma (nervio frénico) o la voz y la deglución (nervio vago) pueden estar en riesgo. A pesar del uso de tecnología de monitoreo nervioso y extremo cuidado, estos nervios pueden estirarse, magullarse o cortarse. Esto puede resultar en:
- Debilidad o parálisis temporal o permanente en una extremidad.
- Dificultad para respirar si se afecta el nervio frénico.
- Disartria o problemas para tragar.
Complicaciones de la Médula Espinal
Algunos neuroblastomas crecen desde el pecho o abdomen directamente en el canal espinal, una condición conocida como extensión intradural. Estos tumores pueden comprimir la médula espinal, y la cirugía para eliminar esta porción es excepcionalmente delicada. Una lesión en la médula espinal durante la cirugía es un riesgo serio y podría llevar a consecuencias duraderas, incluyendo:
- Pérdida de control motor o sensación por debajo del nivel de la lesión.
- Problemas con la función de la vejiga e intestinos.
Complicaciones Relacionadas con la Anestesia
La anestesia es esencial para mantener a un niño seguro y sin dolor durante la cirugía, pero los métodos utilizados para manejar el dolor pueden conllevar sus propios riesgos neurológicos específicos.
Riesgos de la Analgesia Epidural
Para cirugías importantes en el pecho o abdomen, a menudo se coloca un catéter epidural para administrar medicamentos para el dolor cerca de la médula espinal. Si bien es altamente efectivo, este procedimiento tiene un pequeño pero serio riesgo de complicaciones. Estas pueden incluir hemorragias que crean presión sobre los nervios espinales, infecciones o una punción accidental de la capa protectora de la médula espinal. Aunque raras, estos eventos pueden causar daño nervioso, leading a debilidad o cambios en la sensación.
Toxicidad Sistémica de Anestésicos Locales (LAST)
Los bloqueos nerviosos regionales, donde se inyecta un anestésico para adormecer una parte específica del cuerpo, son otra herramienta común de manejo del dolor. Si el medicamento se inyecta accidentalmente en un vaso sanguíneo o se absorbe demasiado, puede causar una condición rara pero grave llamada LAST. Los signos tempranos son neurológicos e incluyen mareos, tinnitus y entumecimiento alrededor de la boca, que pueden progresar a convulsiones si no se tratan de inmediato.
Otros Problemas Postoperatorios Potenciales
Más allá de los riesgos inmediatos y neurológicos, los niños que se recuperan de la cirugía del neuroblastoma pueden enfrentar otras complicaciones postoperatorias comunes.
Infección del Sitio Quirúrgico
Al igual que con cualquier cirugía mayor, existe un riesgo de infección en el sitio de la incisión en la piel. También existe un riesgo de que se desarrolle una infección más profunda en la cavidad torácica o abdominal donde se eliminó el tumor. Estas infecciones generalmente se tratan con antibióticos, pero a veces pueden requerir procedimientos adicionales para resolverse.
Complicaciones Intestinales
Para cirugías abdominales, los intestinos pueden tardar en "despertar" después, una condición temporal conocida como íleo postoperatorio. Esto puede causar distensión abdominal y vómitos y puede requerir que el niño sea alimentado por vía intravenosa hasta que la función intestinal normal regrese. A largo plazo, pueden formarse tejido cicatrizal (adherencias) dentro del abdomen, lo que a veces puede llevar a futuras obstrucciones intestinales.
Fugas de Quilo
Si la cirugía se realiza en el pecho o la parte superior del abdomen, un gran vaso linfático llamado conducto torácico puede lesionarse. Esto puede causar una fuga de quilo, donde el líquido linfático se acumula en el pecho o abdomen. Esta complicación a menudo requiere colocar un tubo de drenaje y poner al niño en una dieta baja en grasas especial para permitir que el conducto sane.