El papel crítico de la cirugía en la cura del neuroblastoma
El neuroblastoma es un cáncer infantil desafiante que surge de las células nerviosas en desarrollo. Curarlo requiere un plan de ataque multietapa conocido como terapia multimodal, que combina quimioterapia, radiación e inmunoterapia para combatir el cáncer de manera sistémica. Dentro de este plan, la cirugía juega un papel crítico y práctico: eliminar físicamente el tumor primario.
En la mayoría de los casos de alto riesgo, la cirugía se programa estratégicamente después de varias rondas de quimioterapia. Este tratamiento inicial reduce el tamaño del tumor, alejándolo de órganos vitales y vasos sanguíneos, haciendo que la operación sea más segura y efectiva. El objetivo es eliminar más del 90% de la masa cancerosa para prevenir su regreso. Dadas las altas apuestas, los cirujanos están constantemente innovando nuevas técnicas para resecar estos tumores complejos de manera más completa y con menos riesgos. Aquí están algunas de las innovaciones más significativas en la cirugía del neuroblastoma hoy en día.
Enfoques y técnicas quirúrgicas emergentes
Los cirujanos están refinando sus métodos para lograr una remoción más completa del tumor con menos complicaciones. Esto ha llevado a la adopción de procedimientos mínimamente invasivos para casos específicos y enfoques abiertos altamente especializados para los tumores más complejos.
Cirugía mínimamente invasiva para tumores localizados
Para tumores más pequeños que no están enredados con vasos sanguíneos grandes, los cirujanos pueden usar técnicas mínimamente invasivas. Usando una cámara e instrumentos insertados a través de pequeñas incisiones, este enfoque evita una gran apertura, lo que lleva a menos dolor, estancias hospitalarias más cortas y mejores resultados estéticos. La vista ampliada también permite una disección extremadamente precisa alrededor de nervios y vasos delicados.
El enfoque "Tórax-a-Abdomen" (TPL)
Cuando un neuroblastoma es tan masivo que abarca tanto el tórax como el abdomen, los cirujanos pueden usar una única incisión extensa para abrir ambas cavidades. Este enfoque toracofrenolaparotómico (TPL) proporciona una vista panorámica de todo el tumor, permitiendo la remoción segura de tumores enormes que, de otro modo, se considerarían inoperables.
Una técnica especializada para tumores pélvicos (PSAM)
Para tumores profundos en la pelvis, los cirujanos usan una técnica especializada llamada movilización anorrectal sagital posterior (PSAM). Al hacer una incisión cerca del coxis, pueden mover suavemente el recto a un lado. Esto crea un camino directo y seguro hacia el tumor, permitiendo una remoción precisa sin dañar nervios cercanos que controlan la función de la vejiga y el intestino.
Mejorando la precisión quirúrgica a través de la visualización del tumor
Uno de los mayores desafíos en la cirugía del neuroblastoma es ver exactamente dónde termina el tumor y comienza el tejido sano. Los investigadores están desarrollando tecnología innovadora que utiliza luz para iluminar células cancerosas en tiempo real, actuando como un GPS biológico para el cirujano.
Haciendo que los tumores brillen para una remoción precisa
Antes de la cirugía, se inyecta un tinte fluorescente especial que está diseñado para unirse solo a las células de neuroblastoma. Durante la operación, una cámara especial hace que estas células brillen, proporcionando un mapa en tiempo real que claramente separa el tumor de tejido sano. Esto ayuda al cirujano a eliminar el cáncer con confianza mientras se preservan los órganos vitales.
Encontrando y removiendo restos ocultos de cáncer
Después de que se elimina el tumor principal, el cirujano puede usar la misma cámara para escanear el área en busca de cualquier cáncer restante. Fragmentos diminutos que son invisibles a simple vista aparecerán como manchas brillantes, permitiendo al cirujano encontrar y eliminar estos depósitos ocultos, mejorando la exhaustividad de la operación y reduciendo el riesgo de recurrencia.
Una función de "búsqueda y destrucción"
Esta tecnología podría tener en el futuro una función dual. Después de que todo el cáncer visible se haya ido, el tinte aún unido a cualquier célula microscópica restante podría activarse por una longitud de onda específica de luz. Esta activación liberaría un estallido de energía, destruyendo la célula cancerosa a la que está unida sin dañar el tejido sano, proporcionando una "limpieza" microscópica final.
Integrando cirugía con terapias sistémicas avanzadas
El tratamiento del neuroblastoma está evolucionando hacia un modelo más dinámico donde la cirugía se combina estratégicamente con las últimas terapias sistémicas. Este enfoque integrado crea una poderosa sinergia donde cada tratamiento aumenta la efectividad de los demás.
Combinando cirugía con inhibidores de ALK dirigidos
Para los neuroblastomas impulsados por una mutación del gen ALK, nuevos fármacos como el lorlatinib pueden atacar de manera precisa el motor de crecimiento del cáncer. Al igual que la quimioterapia estándar, estos inhibidores pueden usarse antes de la cirugía para reducir drásticamente el tumor. La posterior extracción quirúrgica del tumor primario reduce la carga total de la enfermedad, previniendo potencialmente que el cáncer desarrolle resistencia al medicamento.
Preparando el sistema inmunológico antes de la cirugía
Los investigadores están explorando el uso de inmunoterapia antes de la cirugía principal. El objetivo es utilizar anticuerpos anti-GD2 para "preparar" el sistema inmunológico del niño, etiquetando las células cancerosas para su destrucción antes de la operación. Esto puede hacer que el sistema inmunológico sea más efectivo en la búsqueda de cualquier célula microscópica desalojada durante el procedimiento.
Combinando terapia MIBG y cirugía
La terapia con metaiodobenzilguanidina (MIBG) entrega radiación dirigida directamente a las células de neuroblastoma en todo el cuerpo. Para los niños con enfermedad extendida, MIBG puede usarse para reducir los tumores de manera sistémica. Después de este "aflojamiento" del cáncer, se puede realizar una cirugía para eliminar el tumor primario, que ahora suele ser más pequeño y menos enredado con estructuras vitales.